sábado, febrero 24

La culpa de todo...

No entiendo nada

Supongo que todos en estos días habréis oído hablar de la entrevista de José María García con Jesús Quintero, sí, esa que no han dejado emitir porque el periodista (José María) llamaba mafioso a Florentino Pérez y ponía de vuelta y media a Aznar, entre otras cosas.
Bueno, pues ayer cuando llegué a casa estaba mi madre viendo "Dónde estás, corazón" y estaban comentando la rueda de prensa que había dado José María García. Decían que claro, que él se lo puede permitir porque es quien es, que en el periodismo "serio" hay todavía más basura que en el del corazón... Algunos de los periodistas del programa estuvieron presentes en la rueda de prensa y, sinceramente, sentí tanta vergüenza ajena... Yo respeto el periodismo del corazón, de hecho soy una habitual consumidora de él. Pero me da verdadera lástima cómo se acaba perdiendo el horizonte de la profesión cuando estás inmerso en ese mundillo. Los colaboradores del programa estaban en la rueda de prensa cual Mariñas en Tómbola, pisándose las preguntas los unos a los otros, sin dejar hablar al entrevistado y tratándole como si fuera Nuria Ber en lugar de un profesional del que tienen mucho que aprender.

Me estoy desviando de lo que quería decir, la prensa del corazón es tema a parte y ahora, de lo que quería hablar, es de la unidad que hace falta para que esa entrevista se emita como es debido o se repita en directo tal y como quiere José María. No entiendo cómo no existe una voz unánime desde los medios que defienda la libertad de expresión que, supuestamente, nos avala desde el Artículo 20 de nuestra Cosntitución. Ahora que alguien se ha atrevido a levantar la liebre, ¿no estaría bien que se denunciaran otros casos en los que la censura ha sido también patente y que se luchara por acabar de una vez por todas con esta mancha que empaña nuestra democracia?

Obligada

Me he cambiado a la versión beta de blogger no porque me guste innovar o probar las ventajas de estar nueva versión, no. Ha sido simplemente porque no me ha quedado otra...
Por lo que veo por aquí, la historia es prácticamente igual, solo que ahora puedo poner categorías directamente a lo que escribo. Claro, que para eso tendría que categorizar toooodo lo anterior y eso me da una pereza... Algún día lo haré, quizá si encuentro trabajo, jejje.

miércoles, febrero 14

El usuario anónimo dijo...

"en una mujer es muy femenino el pelo largo. vas a ver si te vuelve a agarrar la locur ade tu adolescencia, como te empiean a llenar la casilla con mensajitos"
Y yo, no entiendo nada. Agradezco el comentario, sobre todo por la infinidad de pensamientos que me ha suscitado. Así que ahí van algunos de ellos.
- En una mujer es muy femenino el pelo largo; también son muy femeninos los pechos enormes y las caderas voluptuosas; son femeninos los tacones y los pintalabios... Hay tantas cosas femeninas y tan pocas que vayan conmigo que solo puedo dar la razón al comentarista: el pelo largo en la mujer será femenino, yo no.
- Tengo 20 años, espero no tener que volver a pasar por las locuras de la adolescencia. Ya bastante tuve con lo que tuve.
- Usuarios anónimos: Seguramente el que hizo el comentario fue alguien que llegó a este blog por casualidad y que no volverá a leerlo. Aún así, muchas gracias por su comentario. Creo que me compensa recibir pocos comentarios a cambio de vivir agusto con mi pelo corto.

lunes, febrero 12

Mi primera vez

Hoy ha sido mi primera entrevista. El sábado, en previsión de este importante evento en la vida de todo desempleado a la caza de oportunidades, decidí ampliar mi armario más allá de vaqueros desgastados y camisetas negras y comprarme algo de ropa "decente". Tras los primeros desengaños (la vida es así, los pantalones de vestir te hacen culo de cuarentona) encontré un vestido ni demasiado formal, ni demasiado informal, que, modestia aparte, me queda cojonudamente. Elegido el modelito, solo queda esperar al gran día.
El gran día era hoy a las 12, en un despacho de un profesor de mi facultad. El anuncio al que respondí fue éste. "Cojonudo" pensé cuando lo leí. La verdad es que tenía (y tiene) muy buena pinta. Así que esta mañana me he enfundado en mi vestido de las entrevistas (a partir de ahora será mi uniforme oficial para estos menesteres) me he pintado un poco y sí, hasta me he peinado. He ido a la Facultad, he esperado pacientemente a que dieran las 12 para ir al despacho y, cuando he llegado, un pos-it en la puerta anunciaba que el profesor estaba tomando café. He vuelto a esperar, un poco menos pacientemente que antes, y ya he visto llegar al hombretón de la barba que me iba a entrevistar. En cuanto ha aparecido por las inmediaciones de su despacho, de la nada, ha empezado a salir gente con currículums en las manos y carpetas bajo el brazo (ya os hablaré de mi carpeta de las entrevistas). El homrbe se ha limitado a cogernos los curriculums y a repartirnos un cuestionario. Ha dejado caer que si habíamos estudiado en colegios privados o similares, lo pusiéramos clarito porque nos daría puntos. Así que he rellenado el papelito, se lo he entregado, ha subrayado que he estudiado en un colegio de curas y medio sé de páginas webs y me ha despedido con viento fresco. Él aún no lo sabe, pero yo sé que soy demasiado poco pijuli para ese puesto.
Si leéis el resto del blog de este hombre, a lo mejor os asustáis así que no lo hagáis.
¿Me llamarán?

Trabajo

Voy a iniciar una serie de posts para contaros mis experiencias en esta díficil tarea en la que acabo de embarcarme: buscar trabajo.
Lo que busco no es nada del otro mundo:
- Empresa en la zona norte de Madrid o zona centro
- Contrato de becaria: sin seguridad social, no más de 250€ al mes
- Entre 15 y 25 horas semanales
- Cierta flexibilidad de horario (poder elegir entre mañana o tarde)
- En un medio escrito (ya sea una publicación en papel o una página web)
Tampoco creo que sea demasiado lo que pido, el problema es: puede una estudiante de periodismo sin experiencia previa y sin contactos en el mundillo encontrar trabajo? La respuesta a esta y otras preguntas en próximas entregas. No se muevan de sus asientos que si parpadean se lo pierden!!

miércoles, febrero 7

Como en los viejos tiempos

Tenía yo un amigo que se llamaba Roberto. Sus padres eran extremeños y me enseñó este romance. No tuvo que repetírmelo demasiadas veces para que lo memorizara, aunque él dijera que sí. A mí me hizo ilusión aprenderlo y a él enseñármelo, aunque dijera que no.
Después de ese verano "dejamos de ser amigos" y yo creo que ninguno de los dos, aún hoy, comprendemos muy bien la razón. Hace unos meses recordé el romance y recordé a Roberto. Pensé que era una lástima no hablarme con él porque había partes que no estaban muy claras en mi memoria. Gracias al milagro de Internet, ya no me parece una lástima no hablarme con él pues tengo el romance entero. Claro que seguro que a él le sigue pareciendo estúpido no hablarse conmigo porque las cosas que yo le enseñé no las encontrará en la red.

Romance de la Loba Parda

Estando yo en la mi choza,
pintando la mi cayada,
las cabrillas altas iban
y la luna rebajada.
Mal barruntan las ovejas,
no paran en la majada.

Vide venir siete lobos
por una oscura cañada,
venían echando suertes
cuál entrará a la majada;

Le tocó a una loba vieja
patituerta, parda y cana,
que tenía los colmillos
como puntas de navaja.

Dio tres vueltas al redil
y no pudo sacar nada;
a la otra vuelta que dio,
sacó la borrega blanca,
hija de la oveja churra,
nieta de la orejisana,
la que tenían mis amos
para el Domingo de Pascua.

- ¡Aquí mis siete cachorros,
aquí perra trujillana,
aquí perro el de los hierros,
a correr la loba parda!
Si me cobráis la borrega,
cenaréis leche y hogaza;
y si no me la cobráis,
cenaréis de mi cayada.

Los perros tras de la loba,
las uñas se esmigajaban;
la corrieron siete leguas
por unas tierras aradas.

Al subir un cotarrillo
la loba ya va cansada:
- Tomad perros la borrega
sana y buena como estaba.

- No queremos la borrega
de tu boca alobadada,
que queremos tu pellejo
pa' el pastor una zamarra;
el rabo para correas,
para atacarse las bragas;
de la cabeza un zurrón,
para meter las cucharas,
y las tripas pa' vihuelas,
para que bailen las damas.

jueves, febrero 1

Dejar

No me gusta ni el título ni el enfoque. Como de costumbre, no me gusta nada. Escribo porque me gusta y dejo de escribir porque no me gusta lo que escribo. Ahora escribo por no estudiar y dejo de estudiar porque me encanta lo que no llego a estudiar. Escucho "Las cuatro y diez" y quiero un CD con esas canciones que escucho una y otra vez y no me cansan y lo dejo de querer porque sé que si las escuchara una y otra vez me cansarían. Sin embargo, sería maravilloso dejar que sonaran mientras me pierdo en la ducha y el agua se desahoga en el desagüe. Dejaría, de paso, que pasaran los cuadros que unos pintaron y otros fotografiaron y yo he visto alguna vez, pero no recuerdo. Dejaría que Van Gogh me embaucara con mechones pelirrojos. Dejaría que Schiele me pintara desnuda con unas medias negras. Y quizá entonces, y solo entonces, dejaría la dejadez.