miércoles, agosto 26

Starbucks

Ha pasado algo que lo ha cambiado todo. Ha cambiado hasta la contraseña de esta cuenta de correo que siempre había sido tan mía. Y ha sido necesario que eso pasara para que yo volviera a escribir en este blog que nunca había sido tan de otros como hasta ahora.
Mañana iré con mis amigos de toda la vida, esa vida que hoy parece tan distinta, a tomar un café en el Starbucks. Para entonces, me habré teñido el pelo. "Buscaba un cambio", diré. "No me soporto a mí misma", pensaré para mis adentros. Y tomaré café del malo en ese sitio tan molón que todos adoran. Y tomaré café, esa sustancia que nunca me ha llegado a convencer.
Fingiré que no me pasa nada, sonreiré como hago siempre, iré pintada. Y por la tarde, en el trabajo, buscaré un tema que no llega y murmuraré con María sobre las tetas de su hermana pequeña.
Y mientras el mundo, hoy tan distinto, seguirá dando vueltas.