viernes, febrero 20

Pendiente

Tengo pendiente una entrada que escribí hace unas semanas y que no me atrevo a publicar.
Tengo pendiente la creación de un blog profesional para encauzar mi tiempo de ocio en la red hacia un fin constructivo.
Tengo pendiente irme a la cama hoy, por ayer, esta noche, que ya es mañana.
Tengo pendientes emails, cerrar una cuenta corriente tan corriente que no me cuenta para nada, tengo pendiente no tirar y dejar que me lleve la corriente, tengo pendiente atreverme, osar, pelearme, cambiar, seguir siendo yo misma para siempre. Siempre.
Mañana cogeré el tren y en Cantoblanco se llenará de estudiantes que tienen pendientes mil tareas pese a que el cuatrimestre acaba de empezar, que tienen pendientes hasta en mitad de la cara, sin orden aparente, los llaman piercings, pero no dejan de ser pendientes.
Tengo pendiente volver a ponerme mis pendientes, encontrar unos nuevos bonitos y duraderos y afanarme para no perderlos.
Tengo pendientes mil películas y recuperar mi inglés, si es que un día lo tuve, porque mis ingles ya las tengo perdidas sin esperanza alguna de recuperarlas.
Tengo pendientes dos visitas a Europa, un viaje por España, cuatro capítulos de Lost y acabar este post que se ha enredado y que no me deja irme a la cama, que de todas las cosas que tengo pendientes, es la que me urge de forma más inmediata.
¿De qué nombre vendrá Tato?