Noviembre
Ya estamos en noviembre. Mediados de noviembre. Desde que no escribo han pasado muchas cosas. He quedado finalista de un concurso de relatos, he hecho la prueba escrita para el trabajo de mi vida, he vagueado más de lo que lo había hecho en los dos años anteriores y he dejado que el polvo se colara entre los libros mi estantería.
En este tiempo, en estos días de noviembre, ha empezado a hacer frío y he estrenado mi abrigo nuevo, que ahora me parece feo, pero que da calor. Los pasillos de los supermercados se han llenado de turrones y comí buñuelos el día que mi hermano se fue de casa. He conseguido leer el periódico a diario, con gusto, con dedicación, con más de una hora de dedicación. Incluso los domingos y las fiestas de guardar. Mientras Obama se hacía presidente.
He empezado a tomar la píldora y ha aumentado considerablemente mi talla de sujetador. He descubierto que ser guapa ayuda. Ayuda a las que son guapas. He vivido días en los que me ha resultado insoportable mi propia vida y otros en los que me he sentido orgullosa de mí misma, sin apenas transición entre los unos y los otros. Me he depilado las piernas con cera. O no, quizá eso fue antes, de noviembre, aunque después de que apareciera en escena el color más hermoso del mundo: "cerise noire".
En estas semanas han pasado tantas cosas que no me he dado cuenta de ellas hasta ahora que he parado mi mundo para escribir en este blog. Bendito blogger. Bendita yo.
En este tiempo, en estos días de noviembre, ha empezado a hacer frío y he estrenado mi abrigo nuevo, que ahora me parece feo, pero que da calor. Los pasillos de los supermercados se han llenado de turrones y comí buñuelos el día que mi hermano se fue de casa. He conseguido leer el periódico a diario, con gusto, con dedicación, con más de una hora de dedicación. Incluso los domingos y las fiestas de guardar. Mientras Obama se hacía presidente.
He empezado a tomar la píldora y ha aumentado considerablemente mi talla de sujetador. He descubierto que ser guapa ayuda. Ayuda a las que son guapas. He vivido días en los que me ha resultado insoportable mi propia vida y otros en los que me he sentido orgullosa de mí misma, sin apenas transición entre los unos y los otros. Me he depilado las piernas con cera. O no, quizá eso fue antes, de noviembre, aunque después de que apareciera en escena el color más hermoso del mundo: "cerise noire".
En estas semanas han pasado tantas cosas que no me he dado cuenta de ellas hasta ahora que he parado mi mundo para escribir en este blog. Bendito blogger. Bendita yo.