miércoles, abril 5

Vaya

He subido al ordenador después de comer y no estabas. La verdad es que no me lo esperaba. De repente he recordado que sabía que hoy no ibas a estar, al menos no aquí, pero que me llamarías, y eso ha calmado un poco la desazón que empezaba a sentir. A veces me gustaría no tener que depender tanto de tu voz a todas horas; pero qué quiero después de 2 años hablando contigo a diario, besándote cada semana y disfrutando de ti entero siempre que tengo ocasión. Es el precio que debo pagar por todo el placer que me suministras: soy una yonki enganchada a tus caricias y por nada del mundo estaría dispuesta a someterme a ningún tratamiento para curar esta dulce adicción. Te amo.