Citas
- Dígale -sonrió el coronel- que uno no se muere cuando debe, sino cuando puede.
- Era tan apremiante la pasión restaurada, que en más de una ocasión se miraron a los ojos cuando se disponían a comer, y sin decirse nada taparon los platos y se fueron a morirse de hambre y de amor en el dormitorio.
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ, Cien años de Soledad
- Era tan apremiante la pasión restaurada, que en más de una ocasión se miraron a los ojos cuando se disponían a comer, y sin decirse nada taparon los platos y se fueron a morirse de hambre y de amor en el dormitorio.
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ, Cien años de Soledad
2 Comentarios:
hermoso, como todo ese libro, verdad?
y bello blog, si señor
va el abrazo
Uno de mis preferidos.
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