Una generación vacía
Leo esos e-mails que hablan de la generación de Barrio Sésamo, de la de los primeros videojuegos, de Bola de Dragon. Y sí, me parece muy bien, yo también pertenezco a esa generación y también me siento orgullosa de haber vivido mi infancia rodeada de todas esas cosas.
Pero me avergüenzo de que mi generación esté vacía de alicientes y de referentes claros. Me explico. Estábamos hoy en clase de Movimientos Literarios y nos ha preguntado la profesora qué autores hispanoamericanos hemos leído. En seguida han salido multitud de nombres. Ella ha preguntado: "¿hay algún apasionado de Borges aquí?" Nadie ha contestado. "¿Y de Cortázar?" De nuevo, silencio. Sus ojazos verdes se han puesto melancólicos y ha empezado a decir: "Si hubiera realizado esta misma pregunta en esta misma clase hace 10 años, en seguida habríais salido unos cuantos afirmando ser capaces de narrar, de memoria y textualmente, cuentos enteros de Cortázar, y, sin duda, habría salido algún entusiasta de Borges. Mi generación era la de Kafka, Nabokov y Sartre: las vanguardias que han alimentado a los escritores actuales".
Su comentario me ha hecho reflexionar y me he preguntado: ¿cuál es nuestra generación? Desde luego que no es la del boom hispanoamericano ni la de las vanguardias; tampoco es la de la literatura rusa ni la del Siglo de Oro español..., viendo que así no llegaría nunca a una conclusión, he procurado pensar en mí misma, en los autores que he leído: he leído algún libro de García Márquez, un par de Dostoievski, uno de Víctor Hugo, muchos de Delibes, unos cuantos de Steinbeck, otro de Hemingway, dos o tres de Orwell, algunos de Kafka... Total, que ni con esas he logrado hallar a qué generación pertenecemos, de qué nos estamos nutriendo los encargados de construir el mundo de mañana. Pero pronto me he dado cuenta de lo que pasa: pertenecemos a una generación ecléctica, sin grandes referentes ni literarios ni de ningún otro tipo; somos una generación de muchos pocos y de pocos muchos, inconstante e incosciente; somos la generación de los experimentos sociales, sobre la que se podrán estudiar las consecuencias de los videojuegos violentos, del fracaso del sistema educativo del Estado del bienestar, de las drogas de diseño y los teléfonos móviles... Somos la generación que considera que la cima de la literatura universal la ha alcanzado Dan Brown con su Código Da Vinci. Somos la generación sin pasado, la única que no se ha nutrido de lo que han hecho las generaciones anteriores. Somos una generación vacía.
5 Comentarios:
¡Jamás!
Somos todo lo que ellos nos han dado. Somos lo que heredamos sus cosas buenas y soportamos sus cosas malas. Somos una generación de muchos muchos.
Somos, además, la generación que ha eliminado los prejuicios y que admiramos a Asimoov y a Stephen King como lo geniales que son, que dejamos de creer que la novela mira por encima del hombro al cuento (por primera vez en cuatro siglos... a ver si escribo sobre esto), somos la generación del microrelato y de Los Pilares de la Tierra. Somos la generación más culta y que las va a pasar más canutas de las que han habido.
Somos la generación del arte democrático, de otras formas de expresión que el cine y la literatura no pueden dar.
Somos la generación del desespero, de la dificultad y eso se ve en nuestra música, en nuestro dibujo, en nuestro todo.
¿Velazquez? Bah. Hay mil personas que le dan cien vueltas en Deviantart.
¿Chopin? Pse. Mucha forma y poco sentimiento.
¿Cervantes? Demasiada sencillez. Demasiada extensión inutil.
Eran los mejores. Quizá en su tiempo fueron mejores de los que son ahora los de nuestro tiempo, pero no resistirían un cara a cara
Pd: Y esos tres son mis clásicos preferidos... podría pasarme horas viendo Las Meninas, y ya las pasé leyendo a Cervantes y a Shakespeare y oyendo a Chopin.
Insisto: somos la generación de los muchos pocos y de los pocos muchos. Puede que tú leas mucho, sepas mucho de música y seas capaz de apreciar el arte en cualquiera de sus formas. Pero un porcentaje muy alto de los jóvenes de nuestra generación ni leen, ni escuchan música ni van al cine; no tienen alicientes ni referentes. Es probable que tú y tus amigos sí: y también es bastante probable que vosotros seáis los pocos que han accedido a una amplia cultura.
Pero eso pasa en todas las generaciones.
Y en esta menos que en el resto.
Somos la generación que no busca sus respuestas en los libros.
Eso ni es bueno ni es malo en sí, no? Depende de si encuentras lo que quieres o lo que necesitas en otros soportes.
un saludo
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