Nerea

Nerea era una modelo gorda y fea. Incansable, Nerea buscaba trabajo, pero al ver su foto con cara de escroto, en seguida le decían "¡Vete al carajo!". Estaba harta de vivir de la sopa boba porque su madre siempre se ponía como una loba: "Como dentro de un mes no ganes dinero, te doy un revés y te pongo el tanga por sombrero". Nerea, dolorida, quedó descolorida, se puso a hacer paridas y dijo que la vida la empezaba a hacer herida y se compró otros zapatos que se ponía solo a ratos, cuando los llevaba puestos todo parecía perfecto y, en efecto, Nerea encontró un curro dando de comer a un burro en una granja de naranjas donde todo era distinto: los cerdos eran muy listos y estaban más cuerdos que los dueños porque éstos, durante el día, siempre tenían sueño y hacían mil locuras como romper con los dientes herraduras; el granero, en enero, estaba lleno de aceitunas rellenas de comino, en vez de pepino; había una oveja blanca en el rebaño y, cada año, recitaba un discurso en Navidad y decía a los vecinos "Brindad, brindad", repartiendo champaña, pues la gustaba hacer camapaña, quería ser política, presidenta de Ciudad Pacífica, su lugar que nacimiento, al que siempre animaba con aliento para que siguiera mejorando; en la granja de naranjas los olmos daban peras que se comían la granjeras, como ella; y había también cebollas que olían a p...., olían muy raro las cebollas; todo era diferente, pero a Nere le gustaba el ambiente y la gente. Además, tenía Intenet y podía ver chicas bailando cabaret a todas horas sin que nada le dijera la gestora. Un día navegando encontró un blog muy curioso y, aún a riesgo de que su autor se pusiera furioso, decidió plagiarle cierta forma de escritura que, desde el primer momento, a Nerea le entusiasmó con locura. Desde entonces se dedica a esto: ella escribe y Blogger hace el resto. Su madre ya no se enfada y Nerea se siente realizada.