Smint
Todos lo hemos escuchado, pero todos creemos que es una leyenda urbana hasta que nos pasa, claro. Es como la historia de la autoestopista cuyo fantasma vaga por ahí asustando a conductores incautos: ¿quién no lo ha escuchado alguna vez? ¿Y quién se lo cree? Bueno, pues lo de los Smint es igual, pero es distinto. Todos lo sabemos, pero puedo aseguraros de que esto sí es verdad. Por si hay algún despistado que aún no sabe de qué estoy hablando, lo contaré todo.
Imagina que, casualmente, llevas una cajita de Smint en el bolsillo, has quedado con tu novio/a y acabas de tomar uno. Imagina ahora que estáis en un lugar tranquilo, sin miradas indiscretas que puedan coartaros, y que después de un beso, dos, tres y 78, empezáis a toquetearos y la cosa se pone "tensa". Ahora imagina un número mayor de 68, pero menor de 70..., ¿por qué no dejas de imaginar y lo pruebas?
Imagina que, casualmente, llevas una cajita de Smint en el bolsillo, has quedado con tu novio/a y acabas de tomar uno. Imagina ahora que estáis en un lugar tranquilo, sin miradas indiscretas que puedan coartaros, y que después de un beso, dos, tres y 78, empezáis a toquetearos y la cosa se pone "tensa". Ahora imagina un número mayor de 68, pero menor de 70..., ¿por qué no dejas de imaginar y lo pruebas?
2 Comentarios:
Yo lo probaría... si me dejaran.
Los más clásicos y antiguos tomábamos infusión de menta.
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