domingo, mayo 8

Tonto el que no entienda

Estoy aquí, desganada, no quiero estudiar, ni ver la tele, ni hacer nada. Quiero dejar pasar el tiempo y eguir escuchando cancioens de Mecano y de Sabina.
Esta mañana mi hermano ha estado llorando, ¿que por qué? Por lo de siempre, por todo y por nada. Estamos siempre igual y yo ya no sé si es por lo que parece o por lo que ha sido siempre. No digo que a mí no me afecte, que un poco también, solo digo que yo soy más fuerte y que, además, tengo a Sevi que parece que nunca habla y que nunca escucha, pero que ahora mismo es la línea que separa el cielo del infierno.
Ayer me lo pasé muy bien, se acabaron las dudas y los nervios. Pero esta mañana le cuento lo de mi hermano, y no es que me ignore, es que no me pregunta y yo no sé si no le interesa o si no quiere hacerme daño, pero a veces siento que le molesta que le cuente las cosas, que si pasara algo para lo que le necesitara de verdad (con sinceridad, esto son tonterías y ya he dicho que yo soy más fuerte de lo que parezco), si necesitara a alguien con quien desahogarme, no podría contar con él. Siempre zanja los temas antes de que yo los dé siquiera por empezados. Es como si en su afán por ser feliz, por no enfadarse nunca y no sufrir por nada, intentara evitar todo lo que hace daño sin darse cuenta que, a veces, lo que hace daño es evitarlo todo. Por encima de todo esto, es buen chico, así que supongo que si un día le necesito, podré contar con él, espero.