jueves, mayo 5

Maldita tentación...

He terminado cayendo, sabía que me iban a liar y que iba a terminar tirada en el césped de un parque, comiendo chucherías y contando cotilleos en lugar de pasarme dos horas escuchando listenings en un idioma que nunca llegaré a entender...
Por cierto, hablando de cotilleos: Sergio se ha liado con una este finde. Por una parte me alegro (eso significa que ya me va olvidando), pero por otra parte, y aquí viene cuando me empiezo a sentir una harpía, el hecho de que me haya olvidado tan pronto (con todo lo enamorado que decía estar de mí), me hace sentir tan vulgar como he sido siempre. Cuando sabía que le gustaba, me sentía especial. Ahora me siento como siempre. ¿No debería bastarme saber que Sevi está como loco conmigo? no. El problema de Sevi es que todo fue demasiado fácil, no tuve que luchar por él, no tuve que sufrir por conseguirlo, y ahora no valoro lo que tengo. Puede que solo cuando le pierda (y espero no perderle nunca) me dé cuenta de todo lo que representa para mí. Porque, de hecho, antes de conocerle, mi vida era una mierda. ¿No resulta lógico pensar, entonces, que si le perdiera, volveríamos al lugar de origen?