jueves, abril 26

El deseo de Clara

Clara cumplió los treinta años
sin salir de la casa de sus papás
en el jardín y en su cuarto
todo tenía un tono de su intimidad
nunca tuvo mas amigas que su sed de conocer
y los días se sucedían monótonos
hasta que él vino un día a aparecer

Clara no lo conocía
nunca le miró rondando por ahí
simplemente apareció
cuando llamó a la puerta preguntando así
'¿Linda no está Doña Aurora?
¡oiga!, la podría esperar?'
era un sobrino del pueblo
y ella sin pensarlo lo dejó pasar

Le abrió con el portón
su corazón y mientras esperaban
ella empezó a mostrándole la casa
buscando un tema para conversar
lo sentó en un sillón y le observó
y a veces escuchaba
el natural sonido de esa charla
en que se dejaba oír la soledad

Mientras pasaba la tarde
seguían esperando a la Doña llegar
con seguridad se habría quedado
con su esposo allá en el hospital
'Don Samuel seguiría enfermo'
tardaban tanto en volver
que ella le mostró su patio
su jardín, sus flores
y él los quiso ver.

Clara le contó de cosas
que entre la familia tuvo que esconder
su papá se imaginaba gente
de la casa que habla con él

Cuando al fin cayó la noche
y la tía no apareció,
ella le mostró su cuarto
y él interesado en este se quedó

Él se paró detrás y comenzó
besándola en el cuello
mientras ella se desató en silencio
el largo atuendo de su soledad
se dijeron los dos cosas
que solo dicen los amantes
frases privadas que tan hoy como antes
tan sólo se debieran murmurar
y ella se le rindió a la media noche
y el cobró el trofeo
y le contó que sólo era el deseo
y que había sido invitado a pasar

Para cuando amanecía alguien llamó
a la puerta de la habitación
él se cubrió con las mantas
y ella abrió la puerta que da al corredor
su mamá y su padre enfermo
le hallaron desnuda y de pie
estaba sola en su cuarto
se estará enfermando Clarita también

Clara se estremeció
cuando ella le llamó pero él no estaba
ni su calor ni su aroma ni nada
nunca se oyó más sin razón su voz
pensaría que se fue
se fue como los sueños de mañana
cuando la luz se cuela en la ventana
y no sabía pensar que no ocurrió