Fingir

No finjas. Cuando las cosas no van bien lo mejor es empezar de cero. Lo sabes tan bien como yo y por eso decidiste empezar una nueva vida. Sin embargo, en esa nueva partida que iniciaste hace ya casi dos años, sigues fingiendo.

Empezaste diciendo que no estudiabas medicina porque ya no te gustaba. Te pusiste a estudiar una carrera que no te gustaba porque no podías estudiar medicina.

Cuando le dejaste, fingiste que te dolía. Se la chupabas de vez en cuando para darle esperanzas. Ahora le amenazas con denunciarle si vuelve a llamarte.

Decías que me habían cambiado, que cómo me dejaba. Yo llevo el pelo corto, como siempre, llevo gafas, como siempre, me sigo follando al mismo tío desde hace dos años..., tú ahora tienes el pelo rubio, cuando siempre lo tuviste moreno, cuando siempre lo quisiste naranja. Ahora solo conservas una "amiga" del tiempo que compartimos, la "amiga" de la que peor solías hablar cuando tú y yo aún nos hablábamos. Reconozco que me arrepiento de no haberla defendido entonces..., hay muchas cosas de las que me arrepiento de aquel tiempo en el que tu "amistad" me obligó a fingir.

Fingí que no me daba cuenta de tu juego, que era inmune a tus egoístas manipulaciones. Fingí ser tu amiga. No digo que no lo fuera, digo que para ti no lo era y yo fingí creerme que sí que me apreciabas.

Fingí que no me dolía cuando me maltratabas y decías que era una amiga mediocre. Fingí que no me importaba que te liaras con el chico que me gustaba solo para hacerme daño y sentirte mejor que yo. Fingí que tú no tenías la culpa de alargar el sufrimiento que me estaba causando alguien a quien estaba olvidando y que tú me hacías recordar constantemente.

Pero ya no finjo. No he olvidado y no fingiría si tuviera que enfrentarme a ti. Te hablaría como se habla a las personas que se sabe malas y se sabe lejos: desde la distancia. Te hablaría sin cargo de conciencia y sin miedo a nada: ya no finjo, ya no te temo. Y te habría saludado, porque te he visto y yo no finjo no haberte visto. Te habría saludado si no fuera consciente de que ya no tenemos nada de que hablar porque todo lo que dices son mentiras y tú sabes que yo lo sé. Por eso esta mañana fingiste no haberme visto. Por eso esta mañana yo no te saludé.