Nueva Orleans

Llevo mucho tiempo con ganas de escribir un post sobre todo lo que ha pasado en Nueva Orleans, pero como siempre que hablo del tema acabo cabreada, he intentado evitarlo todo el tiempo que he sido capaz. Pero ahora he llegado a un punto que el tema me ha sacado tan fuera de mis casillas que no puedo evitar comentarlo.

1.-Me parece increíble que EE. UU. esté demandando voluntarios y apelando a la ayuda internacional cuando posee recursos suficientes para hacer frente al desastre.

-ORGANIZACIÓN: ¿No se supone que su servicio de inteligencia es el mejor del mundo?

-RECURSOS HUMANOS: ¿Su ejército no es uno de los más numerosos y mejor equipados?

-MEDIOS MATERIALES:¿Acaso no controlan ellos todo lo relacionado con el petróleo?

El problema es que su servicio de inteligencia solo sabe planear guerras, llevar a cabo búsquedas infructuosas de armas de destrucción masiva y servir como inspiración para los guionistas de Expediente X; su ejército... ¡está en Irak! ¿no leéis las noticias o qué? Y si están en Irak impartiendo ley, orden y democracia y extendiendo la civilización allá donde aún no ha llegado (o no la han hecho llegar los Estados Unidos de América), no pueden estar ayudando a gente (en su mayor parte, gente de color) que lo ha perdido todo; piden petróleo Dios sabe para qué, en vez de hacer frente al consumo extra derivado de las circunstancias con su propias reservas, claro, si hicieran esto, se encarecería el precio de la gasolina y eso es algo que la mayor potencia económica del mundo no está dispuesta a afrontar cuando pueden ser otros los que se encarguen del trabajo sucio.

2.- Ayer, en las noticias, se mostraban las imágenes de una de las chicas españolas que sufrió las consecuencias del huracán Katrina durante su estancia en N. Orleans. Todo parecía muy feliz, sin embargo, lo que no contaron en la tele (El País, Lunes, 5 de Septiembre de 2005) es que la chica tuvo que sufrir el desdén de las autoridades españolas y norteamericanas: se encontraba aislada con tres compañeros, dos de ellos holandeses y uno americano. La embajada española dijo que solo se haría responsable del rescate de la chica española, de los demás no se hacían cargo, tendrían que esperar a que los miembros de sus respectivas embajadas les rescataran. La chica (lo siento, no recuerdo su nombre) española, valenciana para más detalle, se negó a abandonar a sus compañeros. Finalmente, fue rescatada por las autoridades holandesas, que se hicieron cargo de los cuatro jóvenes sin importarles su nacionalidad. Todo esto por no hablar de la nefasta organización que están llevando a cabo los organismos estadounidenses.

3.-Si la organización para hacer frente ha sido mala, no os preocupéis. Nuestro gran presidente George W. Bush ha encargado una comisión de investigación para evaluar cómo han interactuado las diferentes instituciones locales, estatales y nacionales, diciendo algo así como que "es necesario conocer dónde están los errores para evitar que se repitan si algún día tuviéramos que hacer frente a un ataque con armas de destrucción masiva o sufriéramos otro huracán..." Parece que su mundo se reduce a la existencia de unas armas que ni las ve ni las verá, tris-tras. Pero Bush Jr. es un gran presidente. Además, su padre y Clinton se están encargando de la recaudación de fondos para ayudar a las víctimas, nada puede fallar teniendo a tan insignes hombres en los cargos de mayor responsabilidad.

4.-Imaginad por un instante que el desastre del Katrina hubiera ocurrido en vez de en Nueva Orleans, en Galicia (Prestige), en Madrid (11-M) o en Huesca (desastre de Biescas, 1996), ¿créis que alguno de nosotros se negaría a pretarles ayuda? ¿Estaríais dispuestos a limpiar sus playas, llorar a sus muertos y realojar a las víctimas? Seguro que sí. ¿Por qué la gente en Norteamérica no es así? EE. UU. cuenta con más de 295 millones de habitantes; yo creo que todo un país volcado con una región es suficiente como para minimizar los daños de cualquier catástrofe. No digo que no debamos ayudarles, son personas, forman parte de una humanidad al la que yo también pertenezco; lo único que pretendo es reflexionar sobre cómo el más extremista de los capitalismos y el individualismo más acusado, pueden cambiar a toda una nación.