jueves, noviembre 3

Encabronada

Es que, menudo día llevo hoy. Resulta que no tenía clase las dos primeras horas y, entre la huelga y que tenía que ir a Núñez de Balboa a entregar unos papeles, he decidido salir a la hora de siempre de casa. Pero, al final, he madrugado para nada, tal y como me pasa todas las mañanas, últimamente.
Tenía que ir a Núñez de Balboa a pagar la matrícula de unos seminarios por los que me dan 2 créditos de Libre Configuración (pensadlo: 20€ + 3 horas de tu tiempo = 2 créditos..., sería tonta si no lo hiciera). El seminario lo organiza una ONG que no sé si conoceréis, Cooperación Internacional. Una amiga mía me comentó que eran del Opus, que intentara que no me comieran la cabeza demasiado. Yo la dije que no se preocupara, que estaba blindada contra todo eso: después de pasar 14 años de tu vida en un colegio de curas, no hay religión ni secta que pueda hacer mella en ti. Así que he ido hoy a entregar la matrícula y pagar los 20 eurillos y, cuando llego, entro (porque la puerta estaba abierta, he llamado y no parecía haber nadie) y, de repente, aparecen dos chavales, muy pijillos ellos (no es que tenga prejuicios, es que eran pijos, con sus camisitas de marca, su raya del pelo a un lado, casi detrás de la oreja, sus naúticos y su Malboro), y les empiezo a comentar que había ido a entregar la inscripción para el seminario que daban en Diciembre. Y el chico se sienta en la mesa y me dice "Yo no tengo ni idea de eso". Entonces le digo que, entonces, quién estaba allí para atender a la gente que iba a entregar las inscripciones, "No está", me contesta. Le pregunto que si va a tardar mucho en volver "A las 2 está aquí"; "Pero cerráis a las 2", le replicó yo; "Ya lo sé". Aquí es cuando yo he empezado a mosquearme, pero lo peor aún estaba por llegar. "Y ¿tú no podrías ayudarme? Es solo recoger esto, ponerme un sello en el resguardo y hacérselo llegar al encargado cuando llegue luego. Es que vivo lejos y ya que me he dado el paseo...". El chaval, creyendo haber tenido una idea genial, me dice "Pues vente esta tarde". ¿Acaso es tan estúpido como para no comprender que esta tarde seguiré viviendo igual de lejos de allí que esta mañana? ¿No se daba cuenta de que mi problema era que me había tenido que recorrer medio Madrid para nada y que me estaba diciendo que volviera a hacer lo mismo por la tarde? A mí no me importaba ir otra vez por la tarde, pero, ¿y si llego y me vuelvo a encontrar a alguien tan incompetente como él otra vez? ¿Tengo que estar yendo una semana para que me cojan el puñetero papel y me pongan un simple sello? Así que me he ido encabronada, porque no entiendo cómo puede haber gente tan inútil y parada, porque hay que ser parado e insensible para ignorar de esa manera a alguien que te está diciendo que vive lejos y que tiene que realizar un verdadero esfuerzo para ir hasta allí y solucionar un trámite burocrático de lo más simple.
Me pondría a despotricar sobre los pijos, diría que a ellos como les llevan sus papás a todas partes hasta el momento que cumplen los 18 y les regalan un A3, no saben lo que es aguantar huelgas, que te deje tirado el metro, subir y bajar mil escaleras para hacer un trasbordo...; diría que como ellos nunca han trabajado ni estudiado, no saben lo que vale el tiempo; que como ellos nunca han tenido que hacer las cosas por sí mismos no saben lo que es necesitar algo que tienes al alcance de tu mano, cogerlo, poner un sello en un papel y un post-it con un número de teléfono para, en el caso de que hubiera algún problema con la documentación, llamar a la persona afectada..., pero no, no voy a hacerlo, porque creo que no hay que juzgar a la gente por su aspecto, que hay pijos que son las escoria de la sociedad y que nunca llegarán a nada porque siempre se lo han daddo y se lo darán todo hecho, pero también hay pijos que llegarán muy alto en aquello que se propongan porque de verdad son buenos profesionales. No, yo no me voy a dejar llevar por los prejuicios, por muy encabronada que esté, y quiero pensar que ellos tampoco se han dejado llevar por sus prejuicios, por muy pijos que sean.