domingo, octubre 30

Amistad

Tuve una vez una "amiga" que me hizo creer que era una mala persona y que nunca podría llegar a ser una buena amiga porque siempre terminaba metiendo la pata y haciendo las cosas mal. Es cierto que, a veces, meto la pata, pero equivocarse es de humanos y nunca hago las cosas mal apropósito así que supongo que no soy tan mala persona como esta chica me hizo creer.
Afortunadamente, hoy las cosas han cambiado, tengo grandes amigos en los que puedo confiar y, más importante aún, que confían en mí. Intento hacerlo lo mejor que puedo, ayudarles cuando me necesitan y escuchar, sobre todo, escuchar. A veces me confundo y no hago las cosas como debería, pero ellos me perdonan y continúan siendo mis amigos. Gracias a estos amigos de ahora he comprendido que la amistad no era aquello de lo que me hablaba esa "amiga" que siempre me hacía sentir mal y culpable por todo: ahora sé que la que no daba la talla era ella. Y vivo feliz y agradecida porque, aunque me lo hizo pasar mal, la experiencia me enseñó que un amigo es aquel que te hace sentir bien siempre, pase lo que pase, por muy "inútil" que seas.